jueves, 18 de junio de 2015

LA COMUNIDAD EUDISTA DE CUENCA SIGUIENDO LOS PASOS DEL PAPA FRANCISCO EN EL AÑO DE LA VIDA CONSAGRADA.


Por: P. Libardo Pantoja, cjm

Desde Cuenca, 5 hermanos que trabajamos en el Seminario-Parroquia “san León Magno” de Cuenca, queremos compartir con sencillez nuestra vida siguiendo los pasos del Papa Francisco a todos los consagrados:  “mirar el pasado con gratitud”,  “vivir el presente con pasión” y “abrazar el futuro con esperanza”.


   1.      Una mirada al pasado para agradecer.

Nuestra presencia en el Seminario de Cuenca remonta al llamado que formulara a la C.J.M  el Señor Arzobispo emérito de Cuenca ALBERTO LUNA en el año 1993.

El primer grupo pionero que entonces inauguró esta experiencia estuvo constituido por los PP. ALVARO HENAO (+), el primer rector, HIGINIO LOPERA, CARLOS ZULUAGA, WILMAN GONZÁLEZ y ALIRIO RAIGOZO. Su trabajo primero y esparanzador puso las bases  que hoy agradecemos y, desde luego, de las que nos beneficiamos.

De ese primer grupo hasta nuestros días, 18 cohermanos eudistas han compartido esta tarea tan delicada de la formación presbiteral. De ellos, al menos 2 ya son nuestra palanca en la presencia del Señor: el ya mencionado P. Álvaro Henao y el P. Sergio Palma. Otros, cuya obediencia los compromete en otros lugares pero que miran y aprecian el compromiso presente desde su paso por estos lares. Otros que “fueron de los nuestros” pero que ya no lo son, pero a quienes no dejamos de agradecer y valorar su labor en su momento.

Durante estos 23 años de presencia eudista en la Arquidiócesis de Cuenca, la gracia del Señor a través de nuestra colaboración ha sido generosa. 30 sacerdotes egresados de este seminario prolongan en las parroquias de Cuenca, Machala y el Vicariato de Zamora, la presencia de Jesús, Buen Pastor.

Imposible narrar todo el caudal de experiencia que ha pasado por el río de la vida en este lapso. Sólo podemos constatar agradecidos que valió la pena el trabajo, el esfuerzo, la dedicación y la paciencia vividos por el Señor y con su gracia. Al mismo Señor le entregamos toda esa tarea para que la haga multiplicar; que Él mismo se encargue de purificar nuestras imperfecciones y debilidades.  La empresa es suya.  Hoy, esparcimos igualmente la semilla con la carga de la experiencia congregacional que se ha ido acumulando.


2.     Tratamos de vivir el presente con lo mejor que nos ha regalado el Señor.

En la actualidad 5 eudistas integramos la comunidad responsable “in solidum” del Seminario y de la Parroquia de Santa Teresa de Monay. Transitoriamente, estamos 4, con la certeza de volver a conformar el número de 5. El P. Gerardo Amado, rector y
Padres: Gerardo, Libardo, Didier, Jesus, cjm
superior; el P. Jesús Rangel, Párroco; el P. Didier Londoño y el P. Libardo Pantoja, especialmente dedicados a la formación en el Seminario. Hasta el 5 de febrero de 2015 nos acompañó el P. Carlos Dussan, después de 5 laboriosos años dedicados al Seminario y a la Parroquia. No podemos dejar de agradecerle de corazón su aporte  valioso y desearle las mejores bendiciones del Señor en su nueva obediencia. Es un grupo que se complementa en la experiencia que dan los años, en el fragor de los compromisos de punta y en el entusiasmo de los eudistas jóvenes.

 ·        Nuestra espiritualidad de eudistas.

Como todas nuestras comunidades, vivimos con sencillez de hermanos la vida de cada día.  Nos encontramos diariamente en la mesa para compartir el alimento. Allí compartimos igualmente las noticias de congregación, las noticias del Ecuador, de Colombia y del mundo, nuestros trabajos, nuestros proyectos y nuestras dificultades.

Los días martes y jueves, después del almuerzo con nuestros seminaristas, nos recogemos los cohermanos para “orar con san Juan Eudes”. Hay por turno un semanero eudista que anima dicha oración.

Mensualmente, dedicamos una tarde para hacer nuestro “desierto espiritual”, o retiro. Puedo registrar con cierto orgullo comunitario que esta experiencia es nueva para mí, y creo, que única en la región. En ese espacio, escogido de antemano, meditamos, oramos y departimos la vida como hermanos eudistas.  La guía la lleva el eudista programado ad hoc para cada retiro. Todos vivimos esta experiencia a profundidad y constituye un verdadero oasis espiritual.

Una vez por semestre salimos en comunidad a conocer algunos de los parajes vecinos de la ciudad de Cuenca. Ciertamente la belleza de estas tierras son una invitación a contemplarlas y a través de ellas llegar hasta el Señor, autor de todo, para adorarlo y agradecerle. 

Y no puede faltar en nuestra programación, el encuentro regional para nuestros retiros anuales.  Procuramos en la medida de nuestras responsabilidades participar todos, si no en su totalidad, al menos, por algunos días. La evaluación siempre ha sido positiva tanto por el encuentro de hermanos como por toda la recarga espiritual de familia eudista  que integramos en nuestras vidas.

·         “Juntos para la misión”.

Quienes han pasado por la obediencia cuencana corroboran nuestro testimonio de que el trabajo apostólico es continuo y exigente tanto en el Seminario como en la Parroquia.

El seminario desde que estamos en Cuenca es la razón de nuestra presencia. Los que nos invitaron a trabajar aquí, pensaron en nuestra tradición y quizás en nuestra fama.  Desde hace 23 años respondemos en todo lo que implica la vida de un seminario: organización comunitaria,  académica, espiritual y pastoral, animación de la vida de los grupos a nivel de año académico y de jurisdicción eclesiástica.  Además de los cohermanos eudistas nos colabora un sacerdote diocesano, con quien hemos hecho buena amistad. Profesores competentes en filosofía, sicología, lenguaje, historia de la Iglesia, derecho canónico y teología garantizan con toda su competencia y convicción la formación intelectual.   La experiencia ha sido muy positiva.

A partir del 9 de noviembre de 1996, la Provincia asumió la parroquia adjunta al Seminario, que hasta entonces había estado bajo la responsabilidad del clero diocesano. La inspiración inicial de estar en estrecha relación con el Seminario  y de ser un espacio de experiencia pastoral para los candidatos al sacerdocio, no se han perdido en nuestra preocupación.  Seminario y Parroquia se integran. Servimos a nuestros vecinos en las diversas posibilidades que ofrece una parroquia y los seminaristas pueden contar con una oportunidad formidable para trabajar pastoralmente en un inmenso abanico de posibilidades.

El horizonte de nuestra acción pastoral se abre a otras colaboraciones fuera del Seminario y la Parroquia:  a las Hermanas del Buen Pastor, a las Fieles Siervas de Jesús, a las Hermanas Siervas de María, a la fundación María, guardiana de la fe, al movimiento Juan XXIII, al movimiento de matrimonios Equipos de nuestra Señora, etc. Nuestro servicio quisiera abarcar más, pero ni el tiempo ni las posibilidades nos lo permiten.


3.      Vislumbramos el futuro con esperanza.

Somos conscientes y realistas ante todos los problemas que nuestro Seminario y la Parroquia nos plantean, inmersos como estamos en la sociedad en general, y más concretamente en la que vivimos. El número de nuestros candidatos ha decrecido notablemente.  En la actualidad contamos con 19 seminaristas  para distribuirlos en 7 años y para dos jurisdicciones eclesiásticas: 14 para la Arquidiócesis de Cuenca y 5 para el Vicariato de Zamora. Por el momento el tercer año de teología está vacío. 2 terminan su ciclo de Seminario este año, y se prevé que comenzarán 4 que vienen después de haber realizado su debido discernimiento preparatorio al seminario.

Sabemos que la calidad de nuestro compromiso no decae y que, estando en las manos del Señor, el futuro le pertenece a Él.  Por eso, continuamos trabajando con esperanza.  Estamos convencidos de que el próximo viaje del papa Francisco es providencial para todos los que confiamos en que la última palabra la tiene el Espíritu Santo que anima e impulsa a la Iglesia.

Con esa perspectiva, ya estamos organizando el próximo año que comenzará el 1 de Septiembre. Estamos empeñados en la redacción de nuestro directorio y las pautas de formación para presentarlos oficialmente ante la Organización de los Seminarios del Ecuador, y, de una manera más inmediata, en la organización académica del próximo año escolar.

Como miembros solidarios de la Provincia Eudista de Colombia, actualmente en la Región del Ecuador, nos sentimos hermanos respaldados por todos nuestros hermanos por su fuerza espiritual vivida particularmente en la oración.

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