Por: P. Libardo Pantoja, cjm |
Desde Cuenca, 5 hermanos que trabajamos en el
Seminario-Parroquia “san León Magno” de Cuenca, queremos compartir con
sencillez nuestra vida siguiendo los pasos del Papa Francisco a todos los
consagrados: “mirar el pasado con
gratitud”, “vivir el presente con
pasión” y “abrazar el futuro con esperanza”.
1. Una mirada al pasado para agradecer.
Nuestra presencia en el Seminario de Cuenca
remonta al llamado que formulara a la C.J.M
el Señor Arzobispo emérito de Cuenca ALBERTO LUNA en el año 1993.
El primer grupo pionero que entonces inauguró
esta experiencia estuvo constituido por los PP. ALVARO HENAO (+), el primer
rector, HIGINIO LOPERA, CARLOS ZULUAGA, WILMAN GONZÁLEZ y ALIRIO RAIGOZO. Su
trabajo primero y esparanzador puso las bases
que hoy agradecemos y, desde luego, de las que nos beneficiamos.
De ese primer grupo hasta nuestros días, 18
cohermanos eudistas han compartido esta tarea tan delicada de la formación
presbiteral. De ellos, al menos 2 ya son nuestra palanca en la presencia del
Señor: el ya mencionado P. Álvaro Henao y el P. Sergio Palma. Otros, cuya
obediencia los compromete en otros lugares pero que miran y aprecian el
compromiso presente desde su paso por estos lares. Otros que “fueron de los
nuestros” pero que ya no lo son, pero a quienes no dejamos de agradecer y
valorar su labor en su momento.
Durante estos 23 años de presencia eudista en
la Arquidiócesis de Cuenca, la gracia del Señor a través de nuestra colaboración
ha sido generosa. 30 sacerdotes egresados de este seminario prolongan en las
parroquias de Cuenca, Machala y el Vicariato de Zamora, la presencia de Jesús,
Buen Pastor.
Imposible narrar todo el caudal de
experiencia que ha pasado por el río de la vida en este lapso. Sólo podemos
constatar agradecidos que valió la pena el trabajo, el esfuerzo, la dedicación
y la paciencia vividos por el Señor y con su gracia. Al mismo Señor le
entregamos toda esa tarea para que la haga multiplicar; que Él mismo se encargue
de purificar nuestras imperfecciones y debilidades. La empresa es suya. Hoy, esparcimos igualmente la semilla con la
carga de la experiencia congregacional que se ha ido acumulando.
2. Tratamos de vivir el
presente con lo mejor que nos ha regalado el Señor.
En la actualidad 5 eudistas integramos la
comunidad responsable “in solidum” del Seminario y de la Parroquia de Santa
Teresa de Monay. Transitoriamente, estamos 4, con la certeza de volver a
conformar el número de 5. El P. Gerardo Amado, rector y
superior; el P. Jesús
Rangel, Párroco; el P. Didier Londoño y el P. Libardo Pantoja, especialmente
dedicados a la formación en el Seminario. Hasta el 5 de febrero de 2015 nos
acompañó el P. Carlos Dussan, después de 5 laboriosos años dedicados al
Seminario y a la Parroquia. No podemos dejar de agradecerle de corazón su
aporte valioso y desearle las mejores
bendiciones del Señor en su nueva obediencia. Es un grupo que se complementa en
la experiencia que dan los años, en el fragor de los compromisos de punta y en
el entusiasmo de los eudistas jóvenes.
Padres: Gerardo, Libardo, Didier, Jesus, cjm |
·
Nuestra espiritualidad de eudistas.
Como todas nuestras comunidades, vivimos con
sencillez de hermanos la vida de cada día.
Nos encontramos diariamente en la mesa para compartir el alimento. Allí
compartimos igualmente las noticias de congregación, las noticias del Ecuador,
de Colombia y del mundo, nuestros trabajos, nuestros proyectos y nuestras
dificultades.
Los días martes y jueves, después del
almuerzo con nuestros seminaristas, nos recogemos los cohermanos para “orar con
san Juan Eudes”. Hay por turno un semanero eudista que anima dicha oración.
Mensualmente, dedicamos una tarde para hacer
nuestro “desierto espiritual”, o retiro. Puedo registrar con cierto orgullo
comunitario que esta experiencia es nueva para mí, y creo, que única en la
región. En ese espacio, escogido de antemano, meditamos, oramos y departimos la
vida como hermanos eudistas. La guía la
lleva el eudista programado ad hoc para cada retiro. Todos vivimos esta
experiencia a profundidad y constituye un verdadero oasis espiritual.
Una vez por semestre salimos en comunidad a
conocer algunos de los parajes vecinos de la ciudad de Cuenca. Ciertamente la
belleza de estas tierras son una invitación a contemplarlas y a través de ellas
llegar hasta el Señor, autor de todo, para adorarlo y agradecerle.
Y no puede faltar en nuestra programación, el
encuentro regional para nuestros retiros anuales. Procuramos en la medida de nuestras
responsabilidades participar todos, si no en su totalidad, al menos, por
algunos días. La evaluación siempre ha sido positiva tanto por el encuentro de
hermanos como por toda la recarga espiritual de familia eudista que integramos en nuestras vidas.
·
“Juntos para
la misión”.
Quienes han pasado por la obediencia cuencana
corroboran nuestro testimonio de que el trabajo apostólico es continuo y
exigente tanto en el Seminario como en la Parroquia.
El seminario desde que estamos en Cuenca es
la razón de nuestra presencia. Los que nos invitaron a trabajar aquí, pensaron
en nuestra tradición y quizás en nuestra fama.
Desde hace 23 años respondemos en todo lo que implica la vida de un
seminario: organización comunitaria,
académica, espiritual y pastoral, animación de la vida de los grupos a
nivel de año académico y de jurisdicción eclesiástica. Además de los cohermanos eudistas nos
colabora un sacerdote diocesano, con quien hemos hecho buena amistad.
Profesores competentes en filosofía, sicología, lenguaje, historia de la
Iglesia, derecho canónico y teología garantizan con toda su competencia y
convicción la formación intelectual. La
experiencia ha sido muy positiva.
A partir del 9 de noviembre de 1996, la
Provincia asumió la parroquia adjunta al Seminario, que hasta entonces había
estado bajo la responsabilidad del clero diocesano. La inspiración inicial de
estar en estrecha relación con el Seminario
y de ser un espacio de experiencia pastoral para los candidatos al
sacerdocio, no se han perdido en nuestra preocupación. Seminario y Parroquia se integran. Servimos a
nuestros vecinos en las diversas posibilidades que ofrece una parroquia y los
seminaristas pueden contar con una oportunidad formidable para trabajar
pastoralmente en un inmenso abanico de posibilidades.
El horizonte de nuestra acción pastoral se
abre a otras colaboraciones fuera del Seminario y la Parroquia: a las Hermanas del Buen Pastor, a las Fieles
Siervas de Jesús, a las Hermanas Siervas de María, a la fundación María,
guardiana de la fe, al movimiento Juan XXIII, al movimiento de matrimonios
Equipos de nuestra Señora, etc. Nuestro servicio quisiera abarcar más, pero ni
el tiempo ni las posibilidades nos lo permiten.
3. Vislumbramos el futuro con esperanza.
Somos conscientes y realistas ante todos los
problemas que nuestro Seminario y la Parroquia nos plantean, inmersos como
estamos en la sociedad en general, y más concretamente en la que vivimos. El
número de nuestros candidatos ha decrecido notablemente. En la actualidad contamos con 19 seminaristas para distribuirlos en 7 años y para dos
jurisdicciones eclesiásticas: 14 para la Arquidiócesis de Cuenca y 5 para el
Vicariato de Zamora. Por el momento el tercer año de teología está vacío. 2
terminan su ciclo de Seminario este año, y se prevé que comenzarán 4 que vienen
después de haber realizado su debido discernimiento preparatorio al seminario.
Sabemos que la calidad de nuestro compromiso
no decae y que, estando en las manos del Señor, el futuro le pertenece a
Él. Por eso, continuamos trabajando con
esperanza. Estamos convencidos de que el
próximo viaje del papa Francisco es providencial para todos los que confiamos
en que la última palabra la tiene el Espíritu Santo que anima e impulsa a la
Iglesia.
Con esa perspectiva, ya estamos organizando
el próximo año que comenzará el 1 de Septiembre. Estamos empeñados en la
redacción de nuestro directorio y las pautas de formación para presentarlos
oficialmente ante la Organización de los Seminarios del Ecuador, y, de una
manera más inmediata, en la organización académica del próximo año escolar.
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